lunes, 11 de julio de 2011

DIEGO DE PORRES

Arquitecto guatemalteco. Entre sus obras figuran la casa de la Moneda, el convento de la Recolección, el oratorio de San Felipe (1730), el antiguo seminario de León de Nicaragua (1753) y la catedral de la misma ciudad (1760). Diego de Porres (1677-1741) fue el más notable de los arquitectos que trabajaron en la Antigua Guatemala durante la primera mitad del siglo XVIII y su trabajo, «lleno de ideas personales, contribuyó a la definición del barroco local por sus medios expresivos, sus sobrios interiores de ascendiente renacentista y la influencia manierista de Serlio.

Fue también innovador en las técnicas constructivas» («Antigua. Modelo de Ciudad Hispanoamericana», en Javier Aguilera Rojas, Antigua. Capital del ‘Reino de Guatemala’, Secretaría de Estado de Cultura, Madrid, 2002, p. 124).

El talento de Diego de Porres admite diversos análisis, según el monumento que se privilegie. De hecho, fue Arquitecto Mayor de Obras desde 1703, e intervino en la edificación del Ayuntamiento, el Palacio Arzobispal, el puente del camino a San Lorenzo El Tejar, la Casa de la Moneda, la Escuela de Cristo, la fuente de las Sirenas, La Recolección, Las Capuchinas, San Felipe Neri y Santa Clara.

A primera vista, uno de los elementos arquitectónicos mejor estudiados por Diego de Porres fueron las pilastras, presentes en Antigua a partir de los seísmos de 1717.

En el caso de la pilastra de tipo serliano, Luis Luján Muñoz detalla que nuestro arquitecto «consultó con frecuencia El cuarto libro de Arquitectura, de Sebastiano Serlio, publicado en España en traducción al castellano en 1578, pero del que hay versiones posteriores que, evidentemente, circularon en el reino de Guatemala, y que fueron ampliamente conocidas por Diego de Porres y sus hijos, también arquitectos.

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