Fue un escritor guatemalteco, considerado uno de los antecesores del realismo mágico.
Estudió en los colegios Nia Chon y San José de los Infantes, pero no logró terminar ni siquiera el bachillerato debido a problemas de salud.
Arévalo Martínez cultivó la narrativa y la poesía. Sus primeros pasos públicos en la literatura los dio en 1905: en ese año apareció publicado en un diario su primer poema y en 1908 presentó Mujer y niños al concurso de cuentos de la revista Electra, que obtuvo el primer premio.
Con Francisco Fernández Hall en 1913 fundó y dirigió la revista Juan Chapín, órgano principal de la Generación de 1910, llamada también del Cometa. Escribió en periódicos y revistas tanto nacionales como extranjeros, entre ellos, en La República, El Nuevo Tiempo, Centroamérica.
En 1916 residió un tiempo en Tegucigalpa como jefe de redacción de El Nuevo Tiempo, pero pronto regresó a su patria, donde en 1918 fue nombrado secretario general de la Oficina Centroamericana (Arévalo Martínez colaboraba desde 1915 en la revista que editaba esa institución).
En 1921 fue elegido miembro correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española.
Fue director de la Biblioteca Nacional de Guatemala durante 20 años, hasta que en 1946 fue nombrado delegado de su país en la Unión Panamericana (hoy Organización de Estados Americanos).
Entre los reconocimientos que obtuvo destacan las condecoraciones con la Orden del Quetzal (Guatemala) y la Gran Cruz de la Orden de Rubén Darío (Nicaragua).
Se considera como su obra cumbre a El hombre que parecía un caballo.
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