A sus 68 años de edad, el inventor guatemalteco Fernando Mazariegos es reconocido en varios países de Latinoamérica, Asia y Àfrica, por la creación del filtro de agua potable denominado “Ecofiltro”, el cual fue elaborado en 1980 como parte de un proyecto del Instituto Centroamericano de Investigación y Tecnología Industrial.
El objetivo fue obtener agua potable a bajo costo, aprovechar materias primas y tecnología local, y que fuera fácil de fabricar.
Pero el desarrollo del filtro cumplió más allá de la meta trazada. Los resultados favorables le permitieron obtener el premio otorgado por la Asociación Latinoamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, y el galardón Market Place Award, otorgado por el Banco Mundial, debido a su aporte a la humanidad.
“Nuestro proyecto consistió en la elaboración de un filtro de agua potable que proporciona 22 galones a la semana de agua pura, mediante un filtro artesanal fabricado a bajo costo. No inventamos la filtración, sino que se trabajó en el desarrollo tecnológico que fue aplicado a la utilización de materiales y materias que favorecieran el proceso”, agrega.
El objetivo fue obtener agua potable a bajo costo, aprovechar materias primas y tecnología local, y que fuera fácil de fabricar.
Pero el desarrollo del filtro cumplió más allá de la meta trazada. Los resultados favorables le permitieron obtener el premio otorgado por la Asociación Latinoamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, y el galardón Market Place Award, otorgado por el Banco Mundial, debido a su aporte a la humanidad.
“Nuestro proyecto consistió en la elaboración de un filtro de agua potable que proporciona 22 galones a la semana de agua pura, mediante un filtro artesanal fabricado a bajo costo. No inventamos la filtración, sino que se trabajó en el desarrollo tecnológico que fue aplicado a la utilización de materiales y materias que favorecieran el proceso”, agrega.
Fernando Mazariegos es miembro del Consejo Directivo del Comité de Saneamiento Ambiental de Panajachel, Sololá.
Su sueño es rescatar el Lago de Atitlán, lugar que por la tormenta Stan perdió la planta de tratamiento de aguas residuales, y sufrió otros daños en las especies que habitan el lago.
“Si no se toman las acciones adecuadas, en unos 15 ó 20 años se tendría un panorama como el de Amatitlán”, dice.
Asesora varios proyectos de instituciones e industrias, entre ellas la Asociación Guatemalteca para la Familia de las Américas, entidad que elabora el “Ecofiltro” en Antigua Guatemala, Sacatepéquez y Rabinal, Baja Verapaz.
Su sueño es rescatar el Lago de Atitlán, lugar que por la tormenta Stan perdió la planta de tratamiento de aguas residuales, y sufrió otros daños en las especies que habitan el lago.
“Si no se toman las acciones adecuadas, en unos 15 ó 20 años se tendría un panorama como el de Amatitlán”, dice.
Asesora varios proyectos de instituciones e industrias, entre ellas la Asociación Guatemalteca para la Familia de las Américas, entidad que elabora el “Ecofiltro” en Antigua Guatemala, Sacatepéquez y Rabinal, Baja Verapaz.
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